Declaración Tarotística Permanente

"El deseo del hombre religioso de vivir en lo sagrado equivale, de hecho, a su afán de situarse en la realidad objetiva, de no dejarse paralizar por la realidad sin fin de las experiencias puramente subjetivas, de vivir en un mundo real y eficiente y no en una ilusión".

Mircea Elíade, "Lo sagrado y lo profano".

sábado, 16 de enero de 2010

¿Para qué sirve?

La pregunta más correcta sobre la imagen popular del tarot es “¿para qué quiero saber el futuro?”, con las ideas implícitas de “si me lo están diciendo, lo más probable es que no pueda cambiarlo, y nada más me amargue, etc., etc.”.

Es una pregunta absolutamente correcta.

Afortunadamente, la imagen popular es falsa: el tarot – al menos desde la línea de trabajo a la que adscribo – NO PREDICE EL FUTURO, PORQUE EL FUTURO NO EXISTE.

Esto no es simplemente una secuela punk del ”no future”, sino una afirmación sobre la naturaleza del tiempo: el pasado y el futuro tienen existencia y peso psíquico, en nuestra mente, pero no tienen existencia física, propia.

Lo único que existe plenamente es el momento presente, en el que cohabitan nuestras limitaciones naturales, nuestras limitaciones adquiridas (y por lo tanto corregibles), nuestras interpretaciones del pasado y nuestras expectativas sobre el futuro.

Limitaciones, interpretaciones y expectativas se influyen mutuamente, y condicionan en buena medida nuestros intereses y acciones, decantando un futuro probable.

El tarot funciona, gracias a la selección de la sincronía y la información contenida en sus símbolos arquetípicos, como un excelente mirador, o cámara panorámica: merced a la capacidad combinada del tarotista, el consultante y los elementos simbólicos del tarot mismo, permite que el consultante eleve su visión desde lo inmediato hacia lo general en un sentido profundo, se contacte más claramente con sus limitaciones para aceptarlas o transformarlas, y con sus interpretaciones y expectativas, para conocerse o cuestionarse y, desde esta nueva perspectiva, tomar las decisiones pertinentes sobre el curso de su vida.

No hay que llamarse a engaño: las limitaciones son, muchas veces, determinantes, así como las “decisiones pertinentes” son, siempre, una cuestión de responsabilidad y madurez.

El tarot sirve para que cada persona pueda llevar adelante su vida con la mayor responsabilidad posible.

El tarot no sirve para recibir regalos o soluciones mágicas.